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Educación secundaria bolivariana: Los liceos bolivarianos en Venezuela (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Las directrices constitucionales en materia
educativa se encuentran especialmente fijadas en los
artículos 102 al 111, mediante los cuales se establecen
los fundamentos del sistema
educativo, partiendo de:

Personalidades relevantes de la política y la educación
venezolana. 19Gobierno Bolivariano de Venezuela
Ministerio del Poder Popular
para la Educación Dirección General de
Currículo

La educación como un derecho humano y un deber
social esencial y de máximo interés
para el Estado. Es
democrática, gratuita y obligatoria. Es un servicio
público fundamentado en el respeto a todas
las corrientes del pensamiento
(Art. 102).

Establece el derecho de toda persona a una
educación integral de calidad,
permanente, en igualdad de
condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las
derivadas de sus
aptitudes, vocación y aspiraciones (Art. 103).

Estipula las características morales y
académicas de las personas encargadas de la
educación (Art. 104).

Precisa la obligatoriedad de la educación
ambiental, la enseñanza de la lengua
castellana, la historia y la geografía de
Venezuela, así como los principios del
ideario bolivariano (Art. 107).

Indica la incorporación en los centros educativos
del conocimiento y
aplicación de las nuevas tecnologías y de sus
innovaciones, según los requisitos legales (Art.
108).

Reconoce el derecho de las personas al deporte y la recreación
como actividades que beneficien la calidad de
vida individual y colectiva (Art. 111).

El Estado asume
la educación como instrumento del conocimiento
científico, humanístico y tecnológico al
servicio de la sociedad, el
que desde el SEB debe apuntar al desarrollo
nacional y elevar los niveles de calidad de vida en la sociedad
venezolana, así como considerar la educación y
el trabajo
como procesos
fundamentales para alcanzar estos fines.

De igual forma, reconoce los derechos de los pueblos y
las comunidades indígenas, así como de los afros
descendientes, propone formas de control ciudadano
en la gestión
de los servicios y
realiza un nivel de inversión para modificar los
obstáculos que afectan las condiciones donde se
desarrollan los procesos educativos.

En este contexto es importante citar el capítulo
VIII y los artículos 9 y 100 de la CRBV. En el primero se
reconocen los derechos espirituales, materiales y
culturales de los pueblos indígenas y se refrenda el
derecho a una educación propia y un régimen
educativo de carácter intercultural y biling-e,
atendiendo a sus particularidades socioculturales, valores y
tradiciones, así como el derecho a servicios de
formación profesional y a participar en la
elaboración, ejecución y gestión de programas
específicos de capacitación, entre otros (Art. 121 y 123).
En el artículo 9, se expresa el carácter oficial de
los idiomas indígenas y su reconocimiento como patrimonio
cultural de la nación
y de la humanidad y, en el 100, se establece la interculturalidad
bajo el principio de la igualdad de culturas, en lo referido a su
diversidad, que caracteriza la conformación de la nacionalidad.

En consideración, la Ley
Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2006)
reproduce los derechos del ecodesarrollo y la sustentabilidad de
esos pueblos donde el Estado, como ente rector, reconoce y
protege su existencia, garantizando una educación propia
como principio constitucional de socialización y de carácter
intercultural biling-e. Sus bases se cimientan en la cultura,
valores, normas,
tradiciones, enseñanzas del castellano y del
idioma propio de cada pueblo indígena, de aportes
tecno-científicos y humanísticos desarrollados a
través del SEB que deberá atender sus
particularidades socio-culturales (Art. 74 al 85).

También se destaca el alcance de la
intervención del Estado en materia educativa para que se
garantice con sentido de justicia y
equidad el
respeto a todas las corrientes del pensamiento en los
términos establecidos en la Constitución. El Estado ejerce su
atribución de rectoría y máxima
orientación en la educación que se desarrolla en el
territorio de la
República, desde los diferentes subsistemas:
Educación Inicial Bolivariana, Educación Primaria
Bolivariana, Educación Secundaria Bolivariana;
Educación de Jóvenes, Adultos y Adultas y Adultas;
Educación
Especial y Educación Intercultural
Biling-e.

La educación y el trabajo
constituyen los procesos fundamentales para alcanzar los fines
del Estado, reflejados en el artículo 3 de la CRBV; por
otra parte, en las líneas orientadoras del Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación
2001- 2007, se establece que el Estado orienta el desarrollo del
país en la creación de un nuevo modelo
productivo, capaz de generar un crecimiento sustentable, la
diversificación productiva y la estabilidad
macroeconómica, entrelazado con los principios de
conservación del ambiente
(Modelo de Desarrollo Endógeno), planteado en los cinco
equilibrios que representan las fuerzas y los factores que
intervienen en el nivel nacional.

En el Plan
Estratégico Simón Bolívar
2007-2013, se concreta la línea estratégica
referida a la Suprema Felicidad Social sobre la que se desarrolla
la educación, materializando la extensión de la
cobertura educativa con atención integral a toda la población excluida, de extrema pobreza y
máxima exclusión
social. También se consideran los elementos esenciales
del modelo productivo social; fortalece e incentiva la
investigación, el desarrollo de la educación
intercultural biling-e y la garantía de accesos a la
Educación
Superior, con pertinencia sociocultural y de integración continental.

Es necesario considerar que este plan estratégico
de desarrollo trasciende de una manera directa o indirecta al
resto de las líneas, visto como uno de los elementos
claves en la transformación social del país, en la
construcción y consolidación de un
nuevo modelo de ciudadanía y de un nuevo(a)
republicano(a).

El Ministerio del Poder Popular para la
Educación, como ente rector y orientador de las políticas
educativas, las articula con las del Estado. De allí que
sus acciones
están dirigidas a garantizar el fortalecimiento de las
líneas estratégicas que vinculan a la
educación con el trabajo productivo propias del desarrollo
social, local, regional y nacional, a través de la
formación del estudiante en, por y para esta forma de
trabajo, que le permita satisfacer sus necesidades
básicas, su formación permanente y contribuir al
desarrollo nacional.

Se impulsan las acciones que apuntan a esta
dirección, se diseñan políticas para lograr
la inclusión social, la calidad y la pertinencia del
proceso
educativo, de manera que todas las actividades que se ejecuten en
el sistema influyan
en la formación de esa nueva generación
comprometida e involucrada en pensamiento y modos de
actuación con los procesos de transformación social
en el marco de la identidad
nacional y con una visión caribeña,
latinoamericana y universal.

La CRBV en su artículo 23 declara que los
tratados,
pactos y convenciones relativos a los derechos humanos, suscritos
y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía
constitucional; en virtud de ello, los siguientes instrumentos
internacionales sirven de base al desarrollo del SEB: la
Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones
en la esfera de la enseñanza, adoptada el 14 de diciembre
de 1960 por la Conferencia
General de la UNESCO y puesta en vigor el 22 de mayo de 1962; la
Convención Internacional sobre la Eliminación de
todas las formas de Discriminación Racial (sancionada y
promulgada en 1968); la Conferencia General de la
Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) Educación para todos en las
Américas. Marco de Acción
Regional, desarrollada del 10 al 12 de febrero de 2000, en Santo
Domingo, República
Dominicana; la Conferencia Regional Preparatoria de las
Américas Contra el Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia,
Intolerancia y Formas Conexas, celebrada en diciembre de 2000 en
Santiago de Chile; la Declaración y Programa de
Acción de la III Conferencia Mundial contra el Racismo,
Xenofobia, Intolerancia y Formas Conexas de Intolerancias,
efectuada en 2001 en Durban, Sudáfrica; la
Declaración de Naciones Unidas sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación Racial (Art. 4),
ratificada por el Estado venezolano en fecha 23/09/2003 y la
Convención Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural de noviembre de 2005.

En la Convención Internacional de los Derechos del
Niño, la República Bolivariana de Venezuela
suscribió el compromiso de brindarles protección
integral, referida al aspecto de protección social y
jurídica. Consagra, a través de la Ley
Orgánica de Protección del Niño y
Adolescente (2000), el disfrute pleno y efectivo de sus derechos,
deberes y garantías, conforme al desarrollo evolutivo de
sus facultades, acompañado de un incremento positivo de
sus deberes y responsabilidades. Los padres, representantes y
responsables tienen el deber de orientarlos en ese ejercicio, de
forma que contribuyan a su desarrollo integral y a su
incorporación a la ciudadanía activa.

Además, sobre la base de la CRBV se dictaron
leyes y
decretos que viabilizan su ejecución y cumplimiento, cuyo
articulado ofrece elementos para el desarrollo del SEB; entre
otras se encuentran: Ley Orgánica para las Personas con
Discapacidad, Ley
Nacional de la Juventud, Ley
Orgánica del Sistema de Seguridad
Social, Ley sobre los Derechos de la
Mujer a una vida libre de Violencia, Ley
Orgánica del Ambiente, Decreto Presidencial No. 3.645 de
mayo de 2005, Comisión Presidencial para la
Prevención de toda forma de Discriminación en el
SEB, Decretos Nº 1.795 y 1.796, referentes al uso de los
idiomas en los pueblos indígenas, Decreto Nº 825
(2001) referido al uso de las tecnologías.

Por lo antes expresado, se reafirma que la
educación constituye el proceso fundamental para la
transformación del país y que la institución
educativa tiene en su esencia, ser el espacio de siembra y
ejercicio de estos principios transformadores
constitucionales. De allí, la importancia de la
redefinición de sus propósitos al contribuir a la
formación del ciudadano y ciudadana de la Venezuela
revolucionaria que en este momento refunda la República,
construyendo la democracia
participativa, protagónica, multiétnica y
pluricultural.

Fundamentación
filosófica

Los cambios económicos, políticos y
sociales por los que atraviesa la República Bolivariana de
Venezuela implican grandes retos para la educación como
elemento clave del desarrollo nacional e instrumento para la
formación integral del ser humano, tomando en cuenta los
nuevos criterios para las políticas educativas. Se asumen
en el contexto cotidiano los conceptos sobre derechos humanos,
la importancia de la ética y
la moral en el
ser humano, así como su posterior comportamiento
ante la sociedad para el beneficio común.

La concepción filosófica del SEB se centra
en las ideas de Simón Bolívar acerca del papel de
la educación y en un nuevo modelo de sociedad que
prefigura, tal como lo consagra el Preámbulo de la CRBV,
el perfil de la nueva generación, que hará posible
una república democrática, participativa,
protagónica, multiétnica y pluricultural, en un
Estado de derecho
y justicia que le permita crecer progresivamente en la
comprensión de su condición de ciudadano o
ciudadana y responder, corresponder y participar en la
sociedad.

Bolívar consideraba la necesidad de desarrollar
una personalidad
en función
de la formación del espíritu y el corazón de
los ciudadanos, además de para el ejercicio del trabajo en
la sociedad y de la capacitación para la vida social y
humana. También valoraba lo indispensable de la
educación como instrumento para el ejercicio de los
derechos políticos de los ciudadanos y las ciudadanas,
quienes no requieren condiciones especiales de bienes y
fortunas para ejercerlos. Para él, la nación
será lo que sean sus principios en educación sabia
y virtuosa y a cada sociedad corresponde un tipo de
educación; su ritmo de sabiduría u oscuridad
determinarán si avanza o se hunde.

El SEB transita hacia un adecuado modelo de la nueva
república, retomando una visión que tendrá
como fines esenciales la defensa y el desarrollo de las personas,
el respeto a su dignidad, al
ejercicio democrático de la voluntad popular y la
construcción de una sociedad más justa. Por eso,
está centrado en la formación de un ciudadano desde
un enfoque humanista-social, lo que define las bases para una
educación que abra el camino hacia el socialismo del
siglo XXI, hacia la igualdad, al promover un proceso
educativo de calidad para todos y todas y el ideal de una
escuela nueva,
renovadora, transformadora y continua.

El humanismo
social tiene en el ser humano y en su realización una
concepción de carácter integral, que lo abarca como
totalidad, se le concibe en su devenir histórico y en su
desarrollo; aspira a su derecho de existencia plena, se encauza
al desarrollo de una educación popular en todos los
momentos y en todos los espacios con énfasis en lo
cultural, científico, tecnológico,
ideológico, valorativo, moral y
ético, como manifestaciones de las necesidades de los
ciudadanos(as), los pueblos y las comunidades, de aprender a
reflexionar e interpretar el mundo que les corresponde vivir. En
tal sentido, se reivindica el sentimiento de identidad,
pertenencia, soberanía y libertad.

Con este enfoque se aspira promover la
cooperación pacífica entre las naciones, impulsar y
consolidar la integración
latinoamericana, de acuerdo con el principio de no
intervención y autodeterminación de los pueblos, la
garantía universal e indivisible de los derechos humanos,
la democratización de la sociedad internacional, el
desarme nuclear, el equilibrio
ecológico y los bienes jurídicos ambientales como
patrimonio
común e irrenunciable de la humanidad.

La educación tiene la responsabilidad de formar a la nueva
generación con respeto y reconocimiento a la diversidad,
la interculturalidad como uno de los principios rectores, con
pertenencia sociocultural, fundamentada en el ideario
bolivariano; una educación que atienda a los
períodos de desarrollo de los que se educan y su
formación como seres individuales, sociales, capaces de
responder y participar activamente en la transformación
social.

La nueva relación Estado-sociedad, desde la
institución educativa como espacio de concreción de
las acciones y como principal forma organizada, promueve la
participación en los cambios institucionales y culturales
necesarios, de igual forma consolida el modelo de desarrollo
endógeno y soberano a través del crecimiento de la
producción social, la búsqueda de
los equilibrios y la sustentabilidad ambiental para el alcance de
la calidad de vida digna; de manera que se desarrolle una
sociedad de equidad y justicia social, enfocada en la
construcción de un orden más justo de paz,
confraternidad, hermandad y solidaridad.

Fundamentación
sociológica

Desde el punto de vista de la Sociología, la formación de la
personalidad se asocia a las fuerzas motrices del
funcionamiento de la sociedad, a la direccionalidad de su
movimiento, a
la finalidad de las conductas sociales, sean éstas las de
la sociedad en su conjunto o de determinadas comunidades, a
partir del carácter multiétnico y pluricultural que
se expresa como punto de
equilibrio y proceso transformador en la sociedad
venezolana.

En la introducción de la obra Tratado sobre luces
y sobre virtudes sociales, Simón Rodríguez revela
el carácter popular que le otorga a la educación en
la que el sector público, según su opinión,
debe jugar el papel fundamental al expandirla. Por tal
razón, el Gobierno debe
asumir las funciones de
padre común en la educación,
generalizando la instrucción
”.

Simón Rodríguez insiste en la
masificación de la instrucción en los niños a
fin de vencer las tinieblas y generalizar las luces y virtudes,
haciendo estas del dominio
público, es decir, extendiéndolas a todos y todas,
para que cumplan una función social. Esto se evidencia en
la siguiente cita:

El hombre no
es ignorante, porque es pobre, sino al contrario.
Generalícese la instrucción de la infancia [y]
¡habrá luces [y] virtudes sociales!. Luces, virtudes
hay… Pero… lo que no es general, no es
público!, ¡lo que no es público, no es
social!”
.

La educación defendida por Simón
Rodríguez se distingue por su carácter social,
popular e igualitario, gratuito y obligatorio, público,
experimental y nacionalista; expresado en:

· Social, la educación es concebida como
un elemento fundamental para la construcción de la nueva
sociedad.

· Popular e igualitario, radica en que la
educación debe beneficiar a todos y todas.

· Gratuito y obligatorio, por considerar que la
sociedad no sólo debe poner al alcance de todos la
instrucción, sino que está obligada a procurar los
recursos para su
implementación.

· Público, siempre se mostró
inclinado hacia la instrucción pública,
fundamentada, organizada y financiada por el Estado.

· Experimental, recomienda la
incorporación de las ciencias
útiles, prácticas en lugar de ciencias como
teología, filosofía, derecho y medicina.

· Nacionalista, sustituye el latín por el
quechua, el cual abre el sentido nacionalista de la escuela
robinsoniana.

El pensamiento educativo robinsoniano presenta, entre otras,
las siguientes características:

· La importancia de la sociedad civil
para el desarrollo de la República.

· La importancia de la escuela para la
consolidación nacional.

· Sus praxis de la
educación por el trabajo.

· Su idea de enseñar a aprender.

· Intencionalismo.

· Creatividad y
originalidad.

· Concepción de la política como servicio
público.

· Pensamiento humanista, utópico y su
praxis, orientados al logro de una sociedad más
participativa, cooperativa y
solidaria.

el pensamiento robinsoniano propone una escuela para la
vida comunitaria, con el objetivo
político estrechamente articulado a la formación de
un ciudadano para una sociedad que se debate e
intenta construirse sobre la base económica,
científica y tecnológica, orientada por
políticas nacionales.

En las ideas sociológicas acerca de la
educación en la obra de Bolívar se encuentran,
entre sus fundamentos, los siguientes:

· Visión integral de la
educación: que va desde los conocimientos de la
formación de la persona hasta la moral. Si bien son
necesarios los conocimientos científicos, el hombre es un
ser social y requiere de los buenos modales para vivir en la
sociedad con sus semejantes.

· La educación para las niñas de todas
las clases: como base a la educación de las
familias.

Luís Beltrán Prieto Figueroa es otra de
las figuras centrales que nutre el pensamiento educativo
bolivariano. Su tesis del
Estado docente, presentada en la Convención Nacional del
Magisterio, en la ciudad de Valencia en 1943, resume que en un
país cualquiera, en una época cualquiera, es
inconcebible que el Estado deje abandonada al capricho de las
actividades particulares la orientación y formación
de la conciencia de los
ciudadanos.

Prieto concebía la educación como un
fenómeno colectivo, regido por normas establecidas por un
grupo social,
expresado como una totalidad y es por ello que el Estado
determina los medios para
satisfacerla.

La educación es una función eminentemente
pública, asignada por el Estado y la colectividad, que
busca la formación del educando en correspondencia con el
concepto
general de ciudadano, de acuerdo con los intereses estadales como
un ser humano con determinadas características.

Una educación para la formación integral
del hombre con énfasis en el desarrollo humanístico
y acorde con un contexto social específico fue el ideal
del maestro Prieto Figueroa, por el cual llevó a cabo
luchas constantes en el campo de la educación.
Correspondió al maestro definir un proyecto
educativo para formar hombres libres con herramientas
para desarrollarse económica y socialmente, lo que
manifiesta la lucha contra un sistema que había excluido a
un grupo de menor ingreso, manteniéndolos al margen de la
sociedad del conocimiento y recluyéndolos dentro del
analfabetismo.

Supo definir una nueva idea de lo que debía ser
la educación en el país y del papel del Estado como
actor docente en la construcción de una sociedad
más equitativa y democrática. Apostó a una
Venezuela revolucionaria gracias a un nuevo modelo educativo,
proyecto que se vio interrumpido por la dictadura que
le envió al exilio por un período de casi diez
años.

Una mención imprescindible en el ámbito
universal es el aporte del sociólogo francés Emile
Durkheim,
quien sentó las pautas de un concepto de educación,
centrado en la necesidad de socializar al individuo.
Para él la educación es una institución
social, que aparece estrechamente vinculada con el resto de las
actividades sociales y la define como la acción ejercida
por las generaciones adultas sobre las que todavía no
están maduras para la vida social.

Señala que el objetivo fundamental de la
educación es precisamente el hacer social al individuo,
que el medio social tiende a moldear al niño a su imagen, y que
padres y docentes son
los representantes o intermediarios en la conformación de
esa imagen. Esta noción ha trascendido en el tiempo en el
pensamiento pedagógico y sociológico y, de una
manera u otra, ha sido asumida por muchos autores
contemporáneos.7

El especialista Juan C. Tedesco plantea que no es hasta
comienzos del siglo XX cuando la educación en cualquier
sociedad estuvo siempre llamada a socializar a las nuevas
generaciones; lo que implica prepararlas para vivir en sociedad y
juntos; además, responsable de formar al ciudadano, a la
persona en tanto individuo, capaz de cumplir funciones
cívicas y dotado de un conjunto de valores, que le
permitieran convivir socialmente con el resto de sus semejantes.
Concibe la educación como una actividad
sistemática, efectuada desde la escuela y orientada a
formar a las personas en su condición de ciudadanos y
ciudadanas.

El doctor en Ciencias Filosóficas José R.
Fabelo Corzo expresa que “educar significa socializar, es
decir, transformar al educando en un ser social, en parte
constitutiva de una comunidad
humana particular, paso imprescindible y único modo
posible para hacerlo representante y partícipe del
género
humano”.

Fundamentación
psicológica

El SEB, para el desarrollo de la
personalidad a que se aspira, parte de la premisa de considerar
las categorías comunicación y actividad como la esencia de
la labor educativa.

La comunicación se concibe como un proceso de
interacción social mediante la
utilización de símbolos y sistemas de
mensajes que se producen como parte de la actividad humana.
Comunicar es hacer común, a dos o más individuos,
un contenido semántico cualquiera por medio de diversos
recursos técnicos: lenguaje oral
(o escrito), imágenes
gráficas y visuales, entre
otras.

Desde que el ser humano comenzó a hablar, la
palabra devino como el primero y más importante medio de
comunicación como envoltura material del
pensamiento.

Durante los primeros tres meses de vida, la forma de
comunicación va a estar determinada por la relación
emocional que establezca el niño o la niña con los
padres y familiares; son éstos los que le van a
posibilitar el
conocimiento de ese mundo externo, lo bello, hermoso,
adecuado y correcto de lo que le rodea.

Alrededor del primer año, aparece el lenguaje
articulado, y los adultos – padres y familiares,
fundamentalmente- deben propiciar su desarrollo utilizando para
ello en todo momento diferentes recursos.

Antes de su ingreso en la vida escolar ya tienen una
experiencia adquirida, conocida como etapa preescolar o
inicial que resulta rica en vivencias, propicia el conocimiento y
relación con el medio, incluyendo normas y hábitos
de comportamiento, producto del
sistema de relaciones y actividades en las que han estado
inmersos.

En los escolares, la adquisición de conductas
estables va surgiendo sobre la base de cualidades de la
personalidad, y se logra exitosamente sólo cuando el
ejercicio de determinadas conductas se realiza por un motivo
positivo, “así sentido y reconocido” por
ellos.

En la medida que crece externamente, también sus
procesos psíquicos van madurando, y sienten que forman
parte de los mayores y ya pueden incorporarse a realizar
actividades que en años anteriores no era posible; en
ellas tienen la posibilidad de establecer un sistema de
relaciones personales de mayor complejidad, y la oportunidad de
asumir con responsabilidad determinados roles,
convirtiéndose en preadolescentes.

En la adolescencia,
la necesidad de relación es la actividad fundamental,
sobre todo con sus iguales, y prefieren estar con ellos, por lo
general todo lo consultan con éstos; en esencia,
consideran que por ser de su misma edad, los entienden mejor y
son más capaces para ayudarlos.

En el caso de de los jóvenes, se vuelven mucho
más exigentes; en ellos no basta con tratar de
trasmitirles una información, sino que es necesario
establecer un diálogo
donde puedan exponer sus ideas, cuestionarse el contenido,
discutir posiciones, lo que les permitirá continuar
desarrollando su autoestima y
autoafirmación como personalidad.

La actividad es una categoría esencial en la
formación de la personalidad, constituye el eslabón
que vincula directamente al ser humano con la realidad que le
rodea. Fue Vigotsky

quien sistematizó el principio de la
interiorización de lo externo en lo interno, y esto
sólo se logra mediante la actividad humana.

La participación de las y los estudiantes en
actividades ricas en contenido afectivo y emocional, donde
sientan satisfacción y alegría en su
realización, donde perciben que ocupan un espacio y pueden
demostrar con su actuación de lo que son capaces, ha de
ser potenciado por los adultos responsables de su
educación, a los efectos de orientarlos adecuadamente;
sólo así harán suyos los valores a que
aspira la sociedad en que viven.

En el plano pedagógico, el estilo de
dirección, la forma como se organiza la actividad y las
relaciones que se establecen con los estudiantes, resultan muy
importantes para educar y formar esa personalidad.

En la actualidad se convierte en un punto
neurálgico, en tema de reflexión de hombres de los
diversos perfiles profesionales: investigadores, docentes y
políticos entre otros, el problema del hombre y el
desarrollo
humano, de la cultura y de los
valores.

La tarea fundamental del SEB, desde el punto de vista
psicológico, reside precisamente en transformar los
valores existentes en la sociedad en valores individuales que el
sujeto trata de alcanzar, actuando en correspondencia con las
exigencias de ésta; a partir del reconocimiento y
estímulo al que se educa, contrario a los castigos
corporales, al decir de Simón Bolívar.

A continuación se hace referencia a los
principales fundamentos psicológicos en los que se
sustenta la educación y formación en valores,
tomando como premisa que, al abordar esta problemática, se
alude a la formación de la personalidad. Entre las
concepciones existentes con relación a la formación
del ser humano se encuentran las teorías
de Jean Piaget y
L. S. Vigotsky, por
considerar los aportes que estos autores efectuaron al
respecto.

Jean Piaget
(1896-1980), suizo, fue biólogo, filósofo y
psicólogo, quien sin proponérselo hizo aportes
trascendentales a la Pedagogía como ciencia. Para
él las causas y la génesis del desarrollo del
conocimiento está en cómo el hombre construye el
conocimiento. En su teoría
existen dos mecanismos: la asimilación, que son los
esquemas existentes que dan sentido al mundo; y la
acomodación, que permite al sujeto efectuar cambios en sus
esquemas para responder a situaciones nuevas.

Reconoció al hombre como ser biológico que
está en una constante búsqueda del equilibrio entre
la asimilación y la acomodación, inmerso en una
sociedad a la que tiene que adaptarse; no obstante, le
concedió a la educación un papel importante como
factor externo para el desarrollo psíquico
humano.

En su teoría reconoce en cierta medida la
influencia del papel del medio en el proceso de desarrollo de la
personalidad, aunque parte de la premisa que, para lograrlo, se
requiere que ciertas estructuras ya
estén maduras.

La originalidad de Piaget radica en que desplazó
los estudios del contenido moral de la época hacia la
estructura del
razonamiento moral, tomando como punto de partida el desarrollo
de la inteligencia.

Lev Semionovich Vigotsky (1896-1934), psicólogo
ruso, ofrece una concepción más integrada,
sistemática y acabada del desarrollo psíquico.
Tiene el mérito de haber estructurado el estudio e
interpretación del fenómeno
psíquico apoyándose en una metodología dialéctica.

En su teoría concibe la actividad social y la
necesaria orientación y dirección por parte de los
adultos (padres, representantes, docentes y otros actores
sociales) para lograrla en la contextualización cultural
como experiencia histórico-social, actuando en y sobre la
base de las funciones psíquicas superiores que constituyen
los fundamentos del desarrollo del estudiantado que se educa y
forma.

La formación de la personalidad, desde la
perspectiva del enfoque vigotskyano y seguidores, se ve como un
proceso complejo de movimiento, desde concepciones y conductas
apenas tomadas de normas, hacia un nivel superior en que el
sujeto va conformando una concepción moral del mundo
sujeta a una normatividad interiorizada conscientemente y que le
permite autorregular su comportamiento.

Resaltó la naturaleza
social del proceso de “interiorización” como
mecanismo psicológico de la
“apropiación”, donde el papel decisivo lo
tiene el adulto como mediador de la relación
sujeto-objeto. De esta concepción surgió su
concepto de zona de desarrollo próximo (potencialidad del
desarrollo psíquico) determinada por lo que el niño
puede realizar en colaboración, bajo la dirección y
con la ayuda del adulto o de otro niño.

Resulta en su teoría muy interesante su
concepción acerca de que el desarrollo psíquico
tiene un carácter integral y en general opera a partir de
la relación social y desde ella se genera la actividad
psíquica interna. Al referirse a la relación entre
lo cognitivo y lo afectivo en su obra Pensamiento y lenguaje,
señala que cuando se habla de la relación entre
pensamiento y lenguaje con respecto al resto de los aspectos de
la conciencia, es la vinculación entre inteligencia y
afecto. En su opinión, la separación del aspecto
intelectual de la Conciencia de lo afectivo y lo volitivo es una
de las debilidades de la psicología
tradicional.

En consecuencia a todo lo anterior, en el SEB se asumen
los postulados del enfoque histórico cultural, de
allí la importancia de que el y la docente logre
establecer una atmósfera emocional
positiva de confianza en las posibilidades individuales de
colaboración. El carácter colectivo que se logre
durante el desarrollo de las diferentes formas de organización del proceso educativo, donde
los y las estudiantes tengan la oportunidad de comunicarse entre
sí, que trabajen juntos, se propongan metas comunes y las
alcancen en correspondencia con la edad y sus potencialidades, lo
que aumenta considerablemente el éxito
de cada uno.

Fundamentación
pedagógica

La formación de un(a) nuevo(a) republicano(a) en
la Venezuela del siglo XXI requiere de una profunda
transformación educativa y cultural, partiendo del
reconocimiento y estímulo de las experiencias innovadoras
y significativas de docentes de los diferentes subsistemas; por
esto se está privilegiando la práctica
pedagógica actual, dándole la importancia
necesaria. Para llevar a cabo y perfeccionar su labor, el docente
debe sustentar su práctica en un enfoque
epistemológico que le permita obtener mejores resultados
en la formación de sus estudiantes. La pluriculturalidad
de la República Bolivariana de Venezuela exige tener en
consideración la pedagogía de los pueblos
indígenas y las ideas educativas de personalidades
representativas en ese campo.

Constituye el proceso social en el que los miembros de
un pueblo indígena adquieren una preparación para
la vida, internalizan, construyen, transmiten y recrean
conocimientos, valores y demás elementos propios de la
cultura; desarrollan habilidades, destrezas y prácticas
para desenvolverse adecuadamente en el ambiente e incorporarse a
la comunidad y proyectarse con identidad hacia otros pueblos.
Está basado en los sistemas de crianza y
socialización propias, se trata de una educación
holística, continua, que abarca desde antes de la
concepción hasta más allá de la muerte del
ser humano individualizado; es compartida, autogestionaria y
orientada principalmente a satisfacer las necesidades
individuales y el bienestar colectivo dentro de los principios
del equilibrio, armonía cósmica y
ambiental.

El pensamiento educativo de Simón
Rodríguez es amplio; no obstante, siguiendo las
afirmaciones de Morales Gil (2005), sus proposiciones principales
están vertebradas en una educación social y
popular. Sus principios educativos estuvieron sustentados en
atender el beneficio de la instrucción pública a
los vastos sectores excluidos de la población y para
educar socialmente a los jóvenes americanos, a fin de
convertirlos en ciudadanos capaces de vivir en un sistema
republicano y capaz de defender sus instituciones.
Es incuestionable que en sus argumentos subyace una teoría
política, según la cual la educación es un
elemento fundamental para la creación de una nueva
sociedad. Para él, la formación de los niños
y jóvenes debía centrarse en las prácticas
sociales destinadas a prepararlos para vivir en una sociedad
republicana y concebía a la escuela como una palanca para
el cambio social.
En ella, la práctica educativa cobra fuerza en los
valores de la solidaridad y equidad, pues el objetivo que
persigue es la universalización de la educación
para que disfruten de sus beneficios todos los estratos sociales,
de manera particular, los sectores desposeídos.

La visión futurista de Simón
Bolívar y sus ideas educativas le confieren vigencia
actual y forman parte del soporte originario del SEB. Establece,
entre otros, los siguientes fundamentos
pedagógicos:

Plan de educación para la Patria: desde su
visión, la educación es un proceso progresivo
integrado en el que el ambiente escolar debe tener buenas
condiciones, es decir, de una buena ingeniería escolar. Estableció
características especiales para las escuelas del momento.
Además, la estadística escolar era imprescindible para
hacer el seguimiento y el control.

Considerar las diferencias individuales: sigue el
pensamiento de Rousseau,
expresando que se debe tomar en cuenta la edad, inclinaciones, el
genio y el
temperamento, la altura, la salud y el desarrollo
social. De allí, que “cada individuo constituye un
problema especial y debe ser estudiado en un ambiente total y
cambiante”.

Conocimiento de lo social y lo práctico: en la
compresión de la historia y de los idiomas se debe
aprender, en primer lugar, lo contemporáneo (actual),
“para ir remontando por grados a los tiempos más
oscuros de la fábula”. Es decir, del conocimiento
más cercano real al pasado. Se inclina Bolívar por
la enseñanza del conocimiento práctico. En sus
recomendaciones a la educación de su sobrino Fernando,
sugiere disciplinas como geografía, cosmografía,
estadística, dibujo y
astronomía.

Importancia de la educación
física, el juego y la
recreación: son fuentes de
salud y bienestar como fuerza generadora de energía, de la
sana alegría de vivir para conservar el cuerpo saludable,
física y
mentalmente.

Belén María Sanjuán Colina,
educadora venezolana, firme seguidora de los postulados
educativos de Simón Rodríguez y del maestro
Luís Beltrán Prieto Figueroa, afirmaba que la
educación debía ser integral, es decir, preparar
para la vida. Según ella, la educación era un
camino para la construcción del pensamiento en el
ciudadano en su constante relación social, siendo crítica
de su contexto.

A partir del principio robinsoniano “pensar antes
de obrar”, la maestra Sanjuán Colina afirmaba:
“como los principios están en las cosas, con cosas
se enseñará a pensar”; en este sentido,
defiende el conocimiento práctico, estableciendo los
siguientes elementos en su caracterización:

· Se llega al conocimiento de nociones y
conceptos científicos a partir de la observación directa de algo concreto.

· Todo lo aprendido tiene utilidad para la
vida cotidiana, de allí que la enseñanza debe ser
activa y participativa.

· Debe enseñarse a aprender para seguir
aprendiendo.

· Explicar la utilidad de lo aprendido para la vida
cotidiana y económica.

La educación integral es un método
pedagógico para desarrollar la totalidad de la
personalidad de los y las estudiantes y comprende: la naturaleza
del ser vivo, el ambiente natural, el modelo económico,
humano y social a que se aspira como pueblo, como ciudadano y
ciudadana, como país, como sociedad mundial. De
allí que la educación integral concibe al
estudiante como el centro y objeto del hecho
pedagógico.

Belén Sanjuán consideraba como
fundamentales la solidaridad, el trabajo, la cooperación,
el respeto mutuo, la cortesía, la justicia, la democracia,
la paz, la amistad en la que
el binomio dialéctico familia y escuela
se conjuga para lograrlos. Tal como lo expresaba la maestra, se
trata de aprender aprendiendo y aprender haciendo. “Los
valores no son meros recetarios de cocinas o fórmulas
químicas, sino que de tanto ejecutarlos, practicarlos
todos en comunidad forman parte del comportamiento
diario…”.

Los procesos de enseñanza y aprendizaje se
sustentan en teorías de aprendizaje; en el caso del SEB
destacan algunos autores latinoamericanos y universales, dentro
de ellas, los aportes de Paulo
Freire.

Paulo Freire en su pedagogía del oprimido destaca
una metodología escolar ligada a las condiciones
materiales en las cuales cada persona desarrolla su existencia, y
esas condiciones materiales adquieren la forma de vida social.
Reconoce que no existe ninguna forma cultural homogénea y,
en ese sentido, la capacidad de aprender está marcada por
procesos culturales y sociales.

Para este autor, la acción educativa hace posible
la conciencia material e ideológica de una época.
El sujeto transforma y se transforma a partir de una
relación contextual donde toma en cuenta todos los marcos
de referencias sociales. Señala que la educación es
un diálogo de saberes donde hay espacio para el respeto a
ellos, a lo corpóreo, a lo individual, a la
convivencia.

Cobra vital importancia el principio de la
individualidad, entendido como la valoración del individuo
como ser único, irrepetible, de autorrealización.
La realidad social lo afecta como un todo integrado que él
transforma. Sostiene que el humanismo debe partir de que el
hombre alcance su libertad y pueda ser constructor de su vida
para llegar a ser persona. De allí que conciba que la
escuela debe ser democrática y centrada en el
ser.

Todas las personas implicadas en el proceso educativo
educan y al mismo tiempo son educadas. La comunicación se
convierte, en tanto, en una necesidad para el diálogo
tomando en cuenta las necesidades individuales.

En este mismo orden de ideas, cobra importancia el
manejo del pensamiento complejo y dialéctico, que
considera que el ser humano no es sólo un ser
biofísico que consume y es objeto de las relaciones con el
trabajo explotador; es un ser. Su individualidad construye lo
colectivo, y viceversa, en la búsqueda de desarrollar su
proyecto de vida, cobrando fuerza el humanismo.

El intercambio pedagógico es concebido complejo
por sus implicaciones sociopolíticas, culturales y
éticas. Se hace necesario que las metodologías
pedagógicas se correspondan con las complejidades
culturales de los aprendizajes que se transforman en el
transcurso de la historia y en la infinidad de temporalidades
individuales caracterizadoras.

Resumiendo, en las esencias del pensamiento educativo de
las personalidades antes mencionadas halla sustento el SEB, en su
aspiración de avanzar hacia la formación integral
de ciudadanos(as) aptos(as) para vivir en una sociedad en
transformación.

¿QUÉ ES LICEO
BOLIVARIANO?

El Liceo Bolivariano es un programa bandera dirigido a
atender integralmente la adolescencia y la juventud temprana,
período de vida en el cual la estructura pasada
centró su atención para la mercantilización.
El perfil curricular que estructura al pensum respectivo responde
a la concepción integral de la Educación como
Continuo Humano.

El nuevo programa bandera cubre la atención
integral de educación bolivariana al período de
vida entre 12 y 18 años de edad, correspondiente a la
continuidad de formación del nuevo republicano entre la
Escuela Bolivariana y la Universidad
Bolivariana, con salida profesional intermedia como la de
técnico medio.

OBJETIVOS DEL LICEO
BOLIVARIANO.

-Garantizar el acceso, permanencia y prosecución
de los adolescentes y
jóvenes en el sistema educativo como un derecho humano y
social.

-Extender la cobertura de la matrícula, con
énfasis en la educación del adolescente y joven
entre los 12 y 18 años.

-Prioriza la población rural, indígena y de
frontera.

-Articular el Liceo Bolivariano con el sistema de
producción de bienes y servicios, a través de
elaboración de proyectos
educativos productivos y sustentables con pertinencia
sociocultural.

-Desarrollar la planta física y la dotación
adecuadas a las necesidades pedagógicas, culturales y
deportivas.

-Formar al adolescente y joven en la resolución de
problemas, los
que le son propios Y los de su comunidad.

-Desarrollar proyectos y seminarios de investigación vinculados a las actividades
socioambientales y productivas propias de la localidad, la
región y el país, para fortalecer en los y las
docentes y estudiantes, la investigación
social, científica y tecnológica

-Impulsar la participación de los y las
estudiantes, docentes y comunidad, en los Consejos Locales de
Planificación y contribuir a la
construcción de propuestas y proyectos en función
del desarrollo endógeno de la localidad, en
correspondencia con la región y el país.

-Contribuir a elevar los niveles de integración de la
población.

-Atender de manera prioritaria la problemática de
adolescentes y jóvenes.

Perfil de
formación del nuevo republicano y

la nueva republicana

El perfil del egresado del Liceo Bolivariano es la
síntesis en el SER del nuevo republicano de
las interrelaciones que se establecen entre los ejes integradores
de cada nivel, con el hacer, saber y convivir ciudadano y
ciudadana capaces de valorarse a sí mismos y a su
comunidad para convivir en democracia de manera participativa,
protagónica y corresponsable en el marco del ideal
bolivariano con una visión holística y en
armonía con la naturaleza para la construcción de
una sociedad solidaria de justicia y, por ende, de
paz.

Componentes de la Formación
Docente

La Formación
Docente para el Liceo Bolivariano tendrá los
siguientes componentes:

-La integración de las disciplinas en áreas del
conocimiento, de manera contextualizada.

-La educación bolivariana en el Marco de la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela: El Nuevo Ciudadano, El Continuo Humano, El Ideario
Bolivariano.

-Investigación y Desarrollo Endógeno:
Elaboración de proyectos sustentables.

-El seminario como
estrategia
metodológica.

-Conformación de Redes
Interinstitucionales.

-Problemática del adolescente en el contexto
actual:

-Visión holística del adolescente.

Organización
curricular

El proyecto como estrategia
metodológica

La metodología de proyecto es la espina dorsal de
una pedagogía como manera común de
construcción de los saberes en la clase. La
organización por proyectos está muy ligada a la
articulación entre formación, investigación
y proyección social. La meta de un
proyecto es buscar respuestas o dar soluciones y,
esencialmente, desarrollar competencias
cognitivas amplias y socioafectivas de los
estudiantes.

Seminario de “Desarrollo
Endógeno”

El Seminario para el Desarrollo Endógeno es una
estrategia metodológica que tiene como fin la
integración de todos los actores del proceso educativo,
(docentes, estudiantes y comunidad en general) quienes a partir
de la realidad deben implementar diferentes acciones para su
transformación, de forma que contribuya al desarrollo
endógeno local, regional con visión
nacional.

Partes: 1, 2, 3
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